Una historia con cariƱo para ti
- Jorge MartĆnez Lubiano
- 11 may 2021
- 4 Min. de lectura
Tengo mucha suerte y por extraordinarias coincidencias, hace algunos años atrÔs fui invitado a una reunión en un club -bajo perfil, muy alto nivel- en Santiago. Las reuniones eran en el lugar de mÔs alta tradición en Chile, el emblemÔtico Club de la Unión, un verdadero Palacio Italiano a un costado de la casa Presidencial.
Ese dĆa, usĆ© mi mejor traje, peinado Specter y me asegurĆ© de llevar conmigo mi mejor versión. Me quedĆ© sin aliento al saludar a los primeros asistentes que me presentaron. Nombres de la mĆ”s alta tradición del paĆs, ex Ministros, empresarios lĆderes de Industria y algunas celebridades del mundo del Arte y MĆŗsica. Como dice un ex Senador amigo: verdaderos Pavos Reales (puro/as cracks). AdemĆ”s, a estas reuniones siempre viene un/a LĆder de Industria a explicar directamente, a los influyentes miembros, los Temas mĆ”s importantes de Coyuntura: Ministros, Presidentes de Gremios, Dirigentes e Intelectuales visitaban este lugar para relatar su versión de alguna polĆ©mica en curso. IncreĆble. Solo se puede asistir con invitación.
Fui invitado a las reuniones siguientes. Como hĆ”bito, busquĆ© ser un aporte, ayudar y ofrecer mi asistencia en lo que estuviese a mi alcance, construĆ relaciones, pedĆ reuniones a los/as miembros para buscar consejo y sabidurĆa.
En el corto periodo de un aƱo, fui invitado a Presidir este Club, con solo 28 aƱos; el Presidente mƔs joven de la Historia del Club. La edad promedio es 60 aƱos.

Para una de las reuniones durante mi Presidencia, una de las miembros del Directorio, muy destacada e influyente asesora de Gobiernos a quien considero una mentora, invitó a un polĆtico muy reconocido de Chile a conversar al club, un polĆtico a quien yo seguĆa muy de cerca por una razón muy especial:
Toda mi vida escuchĆ© alabanzas sobre este lĆder, porque mi mamĆ” es muy fan y seguidora de Ć©l, a quien ademĆ”s consideraba un modelo a seguir para mi.
Pensé en llevar a mi mamÔ como invitada especial a esta reunión para que conociera a este notable personaje, pero...
Aquà empezó mi tormento..
Nacieron en mi, muchas inseguridades. Cuando llevas un invitado para que la comunidad lo conozca, debes presentarlo frente a todo el Club: su CurrĆculo, trayectoria, etc..: Pensaba en mi cabeza "se reirĆ”n de mi, pensarĆ”n que soy un niƱito de mamĆ”", "me juzgarĆ”n".
QuizƔs si la presento y no digo que es mi mamƔ, pensƩ.
Nadie habĆa invitado a su mamĆ” a estas reuniones en el tiempo que yo estuve; quizĆ”s nunca antes. La mitad de los miembros son extranjeros, la edad promedio es 60 aƱos, aproximadamente. Yo "intentando" destacar en mi Presidencia, siendo el mĆ”s joven del Club, relativamente nuevo, tratando de parecer mayor para recibir el respeto que buscaba en base a mi carĆ”cter y no a mi corta edad (paradójicamente).
Después de toda mi incansable batalla mental sobre llevarla o no, decidà invitarla.
En el Cocktail de entrada, quienes conversaron con ella, fueron extremadamente tiernos, incluyendo un ex candidato presidencial. A la hora de presentarla a la comunidad, lo hice con adornos y flores verbales: Una empresaria destacada, self-made woman, a quien admiraba con mis mĆ”s altos respetos; les presento a mi mamĆ”. La recibieron con aplausos. Continuó la reunión. Mis inseguridades se mantuvieron altas, ĀæQuĆ© me dirĆ”n? ĀæQuĆ© pensarĆ”n de mĆ?. La preocupación no tenĆa nada que ver con mi mamĆ”, ella es una crack, sino que ĀæQuĆ© pensaban los miembros de que el niƱo del club haya llevado a su mamĆ”?.
El almuerzo fluyó impecablemente. El Speaker extraordinario.

Al finalizar la reunión, donde la mayorĆa se queda conversando, se me acerca lentamente, en un dificultoso caminar, uno de los miembros de mĆ”s larga trayectoria y emĆ©ritos del Club, de unos 85 aƱos. Con una mirada entre tierna y sonriente, mira a mi mamĆ” que estaba conversando con algunos de los miembros y me dice:
Ćl: Āæinvitaste a tu mamĆ”?
yo: SĆ, es muy fan del Speaker, respondo sonriente (aquĆ viene el reto, pensĆ© por dentro, inseguro)
Ćl: SonrĆe.
JamÔs olvidaré lo que dijo a continuación...
Ćl: darĆa lo que fuera por poder invitar a mi mamĆ”.
Ćl: Te felicito.
Me abraza cariƱosamente y se va con una mirada entre sonriente y nostƔlgica.
Silencio⦠quedé perplejo, helado.
Recuerdo la sensación como si fuese ayer.
Ese momento fue tan revelador para mĆ... conectĆ© tantos puntos:
¿A cuÔntos incontables momentos de nuestra vida aplica esa frase?: oportunidades no tomadas, sueños dejados de lado, y especialmente, momentos con nuestros queridos.
Toda la batalla mental, el tormento y juicio, tan equivocado.
ĀæCuĆ”ntas veces dejĆ© de decir algo tierno, mostrar cariƱo, o lo que sea, por estas ridĆculas inseguridades? EntendĆ lo irrelevante que era todo al lado de lo verdaderamente importante y esas palabras resuenan en mi cabeza hasta el dĆa de hoy:
"darĆa lo que sea por poder invitar a mi mamĆ”".
Fue todo tan claro, gracias a un segundo de honestidad, comunicado a corazón abierto, de mi querido, luego, amigo.
EntendĆ tambiĆ©n, que reafirmar mi posición como lĆder en ese lugar, no tenĆa nada que ver con verme/ser de mayor o menor de edad ni ninguna cualidad fĆsica, ni llevar a mi mamĆ”, abuelita o quien sea.
Espero que esta historia te ayude, a que si el dĆa de hoy no diste tu mĆ”ximo para celebrar a tu mamĆ” o tu pareja mamĆ”, este es un buen momento de comunicar, en alta fidelidad, lo que llevar dentro. Por otra parte, que esas inseguridades no detengan la magia que te hace un/a lĆder especial y Ćŗnico/a.
-Gracias mamĆ” por creer en mĆ, por mirarme mĆ”s alto de lo que era, por verme mĆ”s grande de lo que soy. Gracias por confiar ciegamente y por trabajar incansablemente para darme las oportunidades que nunca tuviste. Todo lo que soy y alguna vez serĆ©, te lo debo a ti. Te adoro-
Que nada te detenga campeon/a y que la fuerza estƩ contigo
Jorge de SpeakerCoach

























